Hongos

Hoy dedicamos esta entrada a un hongo que podemos ver fácilmente paseando por las riberas del Parque Regional del Sureste pero que también encontramos en otros bosques caducifolios de otros territorios.

Se trata de 𝙁𝙤𝙢𝙚𝙨 𝙛𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩𝙖𝙧𝙞𝙪𝙨, el cual tiene variados nombres vernáculos, como hongo yesquero, casco de caballo, pata de caballo, hongo del hombre de hielo.

Su significado etimológico proviene del latín y significa Fomes: virutas; fomentarius: que fomenta el fuego.

Este hongo pertenece a la clase Basidiomycotina, orden Poriales y familia Coriolaceae.

Tiene un sombrero en forma de pezuña de color grisáceo en fase joven y negruzco en la madurez, con zonas concéntricas que corresponden a un año de crecimiento. Puede tener diferentes formas y tamaños.

El pie es inapreciable a simple vista.

El himenóforo está formado por tubos estratificados que terminan en poros muy pequeñitos de color canela.

Se pueden ver durante todo el año, ya que son perennes, viven lignícolas sobre los troncos de los árboles de por ejemplo, chopos, olmos, roble, abedul, haya…

Es un hongo descomponedor de diversas especies de árboles caducifolios a los que causa una podredumbre blanca y sobre los que puede vivir varios años.

Se introduce en grietas y heridas y prefiere los árboles enfermos y heridos a los que va debilitando.

El más conocido de sus usos es el de encender fuego y mantener la yesca encendida.

En medicina popular se ha usado como hemostático para taponar heridas, así como antitusígeno, antituberculoso, antiséptico y anticancerígeno. Ya que la mayoría de los hongos de esta familia contienen sustancias antibióticas.

En la época de los romanos se usaba para curar heridas y se aplicaba encendido para cauterizarlas.

Extrayendo láminas del hongo también se han elaborado sombreros, suelas de zapatos, y otros útiles.